Recién publicado en Icarus, los investigadores aseguran que los análisis espectroscópicos llevados a cabo en el meteorito casan como un guante con las mediciones que, desde la órbita del Planeta Rojo, se han llevado a cabo de las llanuras negras de Marte, extensas áreas en las que la capa de arena roja que recubre el planeta es muy delgada y deja expuestas las rocas que hay debajo.
NWA 7034 no es una roca como las demás. Fue hallada hace algunos años en el desierto marroquí y está claro que no procede de la Tierra. Posee una extraordinaria antigüedad (4.400 millones de años) y procede directamente de Marte. Pero no solo eso. Un nuevo análisis revela que "Black Beauty" ("Belleza Negra", tal y como ha sido bautizada por los científicos), formó parte de las vastas llanuras de corteza marciana que afloran entre la arena y que forman una gran parte del suelo marciano.
El hallazgo sugiere, según Kevin Cannon, de la Brown University y autor principal del estudio, que "Black Beauty" es una muestra representativa del "fondo de rocas" que constituye una buena parte de la superficie del Planeta Rojo. Cuando los investigadores comenzaron a estudiar el meteorito en 2011, se dieron cuenta enseguida de que se trataba de algo muy especial. Su "maquillaje químico", en efecto, confirmó de inmediato que se trataba de un "naufrago" procedente de Marte, pero a pesar de ello era completamente diferente del resto de los meteoritos marcianos hallados en la Tierra hasta ese momento.
Antes de Black Beauty, todas rocas marcianas halladas en la Tierra fueron clasificadas como "meteoritos SNC" (shergotitas, nakhlitas y chasignitas). Todas ellas rocas ígneas, hechas de material volcánico solidificado. Pero Black Beauty es una brecha, una mezcla de diferentes tipos de rocas trituradas y soldadas entre sí en una matriz basáltica. NWA 7034 contiene componentes de origen sedimentario que coinciden con el maquillaje químico de rocas analizadas en Marte por las diferentes misiones que desde hace años se pasean por la polvorienta superficie del planeta. Por eso, los investigadores concluyeron que se trata, sin duda, de un fragmento de la corteza marciana, el primero que se encuentra aquí, en la Tierra.
Señal espectral Cannon piensa que Black Beauty puede ayudar a aclarar un enigma que atormenta a los investigadores desde hace mucho: la señal espectral de los meteoritos SNC jamás coincide con la que se mide desde la órbita del propio Marte. "La mayoría de las muestras que tenemos de Marte - afirma Cannon- apenas si se parecen en algo a las medidas tomadas por las sondas orbitales. Muy al contrario, suelen ser irritantemente diferentes". Tras conseguir una lasca de Black Beauty para su estudio, Cannon y sus colegas usaron una amplia variedad de técnicas espectroscópicas para analizarla. "Lo que pretendíamos -explica Cannon- es obtener unos datos medios de toda la muestra.Y esa medida general fue lo que terminó por igualarse con los datos orbitales".
En su atículo, los investigadores afirman que esas coincidencias en las medidas del espectro ayudarán a "poner cara" a las llanuras negras de Marte, a las que aún no ha llegado ningún rover de la Tierra y que, según los datos de Cannon, están dominadas por rocas muy parecidas a Black Beauty. Debido a que las llanuras negras son regiones con muy poco polvo, lo que permite ver las rocas desnudas, se piensa que esas rocas son del mismo tipo de las que permanecen ocultas en la mayor parte del planeta, cubiertas de gruesas capas de arena roja.
"Marte está acribillado por más de 400.000 cráteres mayores de un km. -escriben los científicos en su artículo-. Y dado que las brechas son una consecuencia natural de los impactos, podemos estar seguros de que materiales similares a NWA 7034 se han ido acumulando en grandes cantidades en Marte a lo largo del tiempo". En otras palabras, la mayor parte de las rocas de la superficie de Marte probablemente se parecen mucho a Black Beauty: "oscuras, confusas y bellas".