Neymar, que dejó la concentración de su seleccionado el sábado, a consecuencia de una lesión, regresó ayer a Teresópolis para alentar a sus compañeros después de la derrota (7-1) ante Alemania en las semifinales del Mundial.
Neymar llegó a la Granja Comary, centro de entrenamientos de la selección brasileña, en un automóvil procedente de Guarujá, a las 15:40, mientras sus compañeros realizaban el primer entrenamiento en la cancha de cara al partido de mañana frente a Holanda, en el que estará en juego el tercer puesto del Mundial.
Todos los jugadores y miembros de la CBF dieron una calurosa bienvenida a Neymar, que se recupera favorablemente de una fractura en la tercera vértebra dorsal, una lesión que no le impide caminar pero sí jugar al fútbol durante esta etapa, que durará entre tres y seis semanas. Neymar tiene previsto viajar hoy acompañando al equipo rumbo a Brasilia, donde este sábado observará el encuentro contra Holanda (16:00).
Ayer, después del entrenamiento, el atacante del Barcelona ofreció una conferencia de prensa para la prensa local e internacional que cubre el Mundial. Se abre el debate El mundillo brasileño del fútbol pasó cuatro días buscando candidatos para sustituir a Neymar y ayer, tres días después del desastre en Belo Horizonte, comienza a percibir qué poco interés ha dado a la búsqueda de un sucesor de Ronaldo, el mejor nueve en los últimos tiempos.
El trono quedó vacío en el partido de los cuartos de final del Mundial 2006 cuando un misil de Thierry Henry clasificó a los franceses y mandó a casa a la selección Canarinha que a Alemania llegó presumiendo de tener el título a la mano con la fórmula del 'Cuadrado Mágico' de Ronaldo, Ronaldinho Gaucho, Adriano y Kaká. Desde entonces han pasado ocho años de travesía por el desierto sin que aparezca otro delantero de esa clase.
DT holandés se siente desmotivado “Más allá de perder 7-1 o caer en penales, los partidos por el tercer puesto no deberían jugarse y eso vengo diciéndolo desde hace 15 años”. Louis van Gaal, visiblemente contrariado, mostró, tras perder ante Argentina, su indignación por tener que jugar un partido que cerrará su ciclo en Holanda y que jamás quiso disputar.
Pero lo tendrá que hacer. Es el precio que tendrá que pagar por no haber conducido a su selección a la cuarta final de la historia en un Mundial. Fueron los penales, después de un 0-0 tedioso, los que dieron por finiquitado un ciclo que comenzó el 6 de julio de 2012 tras la destitución de Bert van Marwijk. Ese día comenzó la segunda etapa de Van Gaal al frente de la ‘orange’.
Ahora tendrá que cerrarla por la puerta de atrás, después de intentar conseguir el primer Mundial para Holanda sin éxito. Es su segundo fracaso al frente de su selección. De nuevo, no pudo superar los dos años en el banquillo. Cuando llegó al cargo en 2000 tras firmar un contrato hasta 2006, dijo adiós prematuramente tras no clasificar a Holanda para el Mundial de Corea y Japón 2002.