
Como cada Nochevieja comeremos las doce uvas de la suerte y brindaremos con una copa de champán por el nuevo año. Pero este ritual de celebración es además beneficioso para nuestra salud. Tanto la uva como el champán ejercen un efecto cardioprotector sobre el corazón por su alto contenido en polifenoles, unos antioxidantes naturales que contribuyen a bloquear la formación de los radicales libres, sustancias nocivas que generan las células de nuestro organismo y que son las causantes del desarrollo de la mayor parte de enfermedades, recuerda la Fundación Española del Corazón (FEC).
publicado en 28 / Dec / 12Estudios observacionales han asociado este tipo de polifenoles con ciertos beneficios sobre la circulación arterial, ya que mejora el flujo sanguíneo, disminuye la formación de plaquetas (que reduce el riesgo de formación de coágulos o trombos), mantiene de la función endotelial y nos proporciona una mayor protección contra el colesterol LDL», asegura la doctora Regina Dalmau, miembro de la Sección de Hipertensión Arterial y Riesgo Vascular de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Aunque los polifenoles se encuentran en mayor medida en el vino tinto, el champán también ejerce el mismo beneficio sobre los vasos sanguíneos. Así lo revela una investigación de la Universidad de Reading (Francia) publicada en la revista «British Journal of Nutrition». El trabajo señala que beber dos copas de champán en el caso de los hombre, una para las mujeres, proporciona un efecto protector sobre las paredes de los vasos sanguíneos, reduciendo el riesgo de sufrir algún evento cardiaco o accidente cerebrovascular.
«Esta investigación apunta a que un consumo moderado de champán puede contribuir a la reducción de las enfermedades cardiovasculares, debido a su contenido en polifenoles, ya que se ha demostrado que aumentan los niveles de colesterol 'bueno' y provocan un efecto protector en las arterias», concluye la doctora Dalmau. Para un año 2013 saludable, la FEC recomienda incluir entre los buenos propósitos hacer ejercicio de forma regular, seguir una buena alimentación y abandonar el tabaco, ya que es «uno de los principales factores de riesgo cardiovascular y el único que podemos prevenir completamente».