Pamplona, en el norte de España, cierra este lunes sus fiestas conocidas mundialmente, los sanfermines, en un ambiente festivo que tiene como principal protagonista los toros.
Tradicional fiesta de los sanfermines comenzó en Pamplona el pasado 6 de julio con el "chupinazo", el lanzamiento del cohete desde el balcón central del ayuntamiento que marcó el comienzo de nueve días de celebraciones. Desde el día 7 y hasta hoy se celebraron los actos más conocidos de las fiestas, los "encierros" matinales de los toros que por la tarde se lidian en el ruedo de la plaza de Pamplona.
En estas carreras participaron tanto corredores locales como foráneos procedentes de todas partes del mundo que se atreven a correr delante de las reses por un recorrido de unos ochocientos metros a través de las calles de Pamplona hasta la plaza de toros de la ciudad.
El último encierro de este lunes fue peligroso, con un toro que quedó suelto e hirió con sus astas a tres hombres, dos de los cuales están graves. En los días precedentes hubo otros heridos por astas de toro, aunque evolucionan bien. Al margen de los heridos en los encierros los ha habido también por la costumbre de los últimos años, que protagonizan especialmente extranjeros, de lanzarse desde lo alto de una fuente de la ciudad hacia los brazos de quienes están abajo, a unos cuatro metros.
Unos 3.350 agentes de diferentes cuerpos de seguridad integraron el dispositivo de seguridad de estos sanfermines para prevenir y resolver la comisión de delitos. Los sanfermines se han hecho tan populares que durante estas fiestas actualmente Pamplona incrementa su población habitual en torno a 200.000 personas y el ayuntamiento estima que los visitantes que se desplazan a la ciudad durante estos días gastan una media de 110 euros al día (unos 150 dólares).